jueves, 19 de mayo de 2016

Como dice la canción de El Barrio: "He vuelto"

Bueno, pues hoy y después de mucho pensarlo, retomo las publicaciones en el blog. Un blog que comencé allá por el año 2008 gracias a la locura Quijotesca de una persona que hoy puedo considerarla como un buen amigo, pero que por el paso de los años, por mis circunstancias personales y la llegada de las nuevas tecnologías, dejé "aparcado" en el año 2011 simplemente porque ya no me llamaba la atención seguir publicando, no tenía nada que contar.
Ahora después de 5 años, vuelvo de nuevo, dando un giro de 180 grados al blog (cambio de nombre, temática, aspecto) y he de reconocer que me siento un poco perdida en este mundillo, porque ha cambiado muchísimo de 5 años para acá. Tendré que perfeccionar la apariencia del blog,  pero como he dicho, eso me llevará un tiempo porque realmente ando perdida y la informática y yo no somos buenas amigas.
Ahora, la temática principal del blog será la ciudad que me vió nacer y por la cual "pierdo el sentío" como decimos por aquí. Me apetece publicar curiosidades, historias y leyendas de mi ciudad, ya que todo aquel que me conoce sabe que es una de mis grandes pasiones: mi tierra, mi Córdoba del alma. También publicaré alguna que otra reseña de libros que vaya leyendo que, como también sabe el que ya me conoce, es otra de mis grandes pasiones, la lectura.
Con esto no quiere decir que vaya a publicar todos los días, ya que el tiempo no me lo permite, pero intentaré ir subiendo entradas cada vez que pueda.
Espero que os gusten mis historietas y que disfrutéis leyéndolas.

De momento para empezar, relataré la leyenda de la calle Valdés Leal, que seguramente mucha gente no sepa que a esta callejita se la conocía como la calle ABRAZAMOZAS.
Esta callejita se encuentra en pleno centro de la ciudad y une la Plaza del Doctor Emilio Luque 
con la Plaza de Ramón y Cajal.
Este nombre se debe en parte a una leyenda urbana que circula por la ciudad desde hace muchísimos años y que, como tal, no se sabe si fue cierta o no, como buena leyenda que es.
Cuentan que una noche, un joven que regresaba a casa después de una tarde de juerga, vio a una bella joven que bajaba por la Calle Málaga hacia el Barrio de San Juan. El joven decidió seguirla al tiempo que le dedicaba sus más ingeniosos requiebros para lograr alcanzarla y sorprenderla. Al entrar en la calleja Valdes Leal, el joven la alcanzó y ésta le pidió que la dejara tranquila, más el joven continuó su camino, redoblando sus esfuerzos. Ella le rogó nuevamente que no insistiera más, pero el joven, envalentonado, le cortó el paso y prometió dejarla seguir su camino si la abrazaba primero. La joven le miró y cedió, no sin antes advertir al muchacho el peligro que con ello corría. Mas él no atendía a razones. Así pues, ella abrió los brazos y él la abrazó y en lugar de encontrar un cuerpo esbelto, sintió la frialdad de unos huesos desnudos bajo la túnica que ella llevaba por vestimenta. Trató de soltarla, sin éxito, y horrorizado, cayó desmayado.
A la mañana siguiente, lo encontraron sus amigos durmiendo en la esquina de la calle y él les contó lo sucedido... 
Estos pensando que había sido un mal sueño por los efectos del vino, tuvieron diversión a su costa para un buen tiempo. Sueño o no, el joven lo tomó como una seria advertencia a su mal comportamiento, y nunca más molestó a ninguna muchacha en los oscuros callejones de la ciudad.


2 comentarios:

  1. Gracias por compartir tan bonita historia, espero seguir disfrutando, tu seguidora Yolanda.

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  2. Un placer descubrir tu blog y desde el saber más de tu bonita ciudad.

    Besos.

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