sábado, 21 de mayo de 2016

Alguien que vela por nosotros

Como toda ciudad o pueblo de nuestra extensa geografía española, Córdoba tiene su Patrón y su Patrona, que en este caso son San Acisclo y Santa Victoría; pero lo que nos diferencia de otras ciudades es que nosotros tenemos un Arcángel que vela por todos nosotros, cosa que otras ciudades quizá  no puedan decir lo mismo.
Un arcángel, dentro del orden jerárquico del cristianismo y de otras iglesias del mundo, está un nivel superior a un ángel. Como su prefijo indica,  "arc" significa superior por lo que puede considerarse como un ángel superior a los demás. Los arcángeles fueron creados por Dios para cuidar de pueblos, ciudades y países, mientras que los ángeles fueron creados por Dios para preocuparse de los asuntos terrenales, de los hombres y de ser los mensajeros celestiales. Dicho esto, nosotros en Córdoba tenemos a un arcángel cuidando día y noche de todos nosotros, tanto de la gente de la ciudad como de las personas de fuera  que a lo largo del año nos visitan. 
¿Y por qué San Rafael cuida de la ciudad y no otro arcángel? Pues muy fácil, porque a él se le atribuye que la epidemia de la peste desapareciera de la ciudad allá por el año 1578, ya que en la madrugada del 7 de Mayo, Rafael se apareció al Padre Roelas, sacerdote cordobés,  y le dijo: " te juro por Jesucristo Crucificado que soy Rafael, arcángel a quien Dios tiene puesto para guardar esta ciudad". Y a partir de ese día, las muertes por peste en la ciudad empezaron a disminuir hasta prácticamente acabar con esta epidemia.
En agradecimiento a ello, la ciudad recuerda a San Rafael por cada rincón, ya que son numerosas estatuas las que hay en Córdoba en su honor.
De todas las que hay, yo me quedo con la que está en el Puente Romano. Quizá por el entorno, quizá por la cercanía a él, ya que otras estatuas están tan altas que apenas lo puedes apreciar o quizá porque por  ahí es donde inevitablemente, cada vez que paso por el Puente, automáticamente me paro, rezo un padrenuestro, me santiguo y le pido que cuide a mi gente.


Son miles de personas las que pasan a diario por ese puente, y todo el mundo se queda admirando esta obra. Los visitantes que pasean por allí no se cansan de echarle fotos y la gente de Córdoba se acerca, le encienden las velas, le rezan, le cambian las flores secas por unas frescas, se santiguan y últimamente hasta las parejas de recién casados que el día de su boda acuden a ese entorno a echarse sus fotografías, le dejan los ramos de la novia o incluso las parejas de enamorados, que dejan mensajes como el que un día, paseando por allí, encontré y fotografié.



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